Que se potencie un
verdadero clima de diálogo, superando la mera negociación, es
importante para que se instale en la vida municipal la deliberación
como instrumento.
Si se habla de política
municipal, habrá que iniciar el dialogo en torno a las políticas
que puedan considerarse prioritarias, y un hecho importante sería
que, paralelamente a que los partidos involucrados en el dialogo
expongan sus prioridades o sus líneas políticas, la ciudadanía
pudiera expresar a través de las organizaciones y no solo en el
marco de la militancia partidaria, sus puntos de vista.
Hasta el día, y a parte
de un reconocible esfuerzo por construir un relato diferenciado,
propio y básicamente emotivo, (un imaginario que, con pretensión
colectiva, consigue aglutinar unicamente a adeptos, simpatizantes y
predispuestos) carente de políticas novedosas ( Charles Lindblom y
el arte de ir tirando o la estrategia incrementalista nos da una
explicación ajustada de lo que ha venido ocurriendo), podríamos
arriesgarnos en afirmar que el recorrido de la legislatura tiene un
análisis más bien pobre. No obstante, siempre se está en
disposición de variar y propiciar un giro que, aunque sea igualmente
incremental respecto a otras políticas desarrolladas, signifique esa
bocanada de aire fresco que necesita la administración, y en sí la
democracia local. Si el anunciado (en reiteradas ocasiones) proceso
de diálogo va más allá del mero reparto de competencias y se le
dota de un contenido político ( que la policy se reconcilie con la
politics) se habrá dado un importante paso, no definitivo pero si
importante.
Ahora bien, ¿la
"politics, o la actividad de los políticos podría revertirse,
superando estrategias y unificando propuestas, avanzar en la
"policy" como acciones concretas?. (no me he vuelto loco
;el uso de los términos politics y policy tienen ricos matices para
los anglosajones). Es una pregunta que debería encontrar una
respuesta antes de iniciar un camino que pueda suponer seguir
instalados en la inercia.
Los equilibrios ( más
bien desequilibrios) y los desencuentros entre los socios originales
de la investidura son complejos, no por el contenido político, sino
por las diferencias personales puestas de manifiesto a través de
acusaciones y reproches de unos hacia otros. Esto hace que una
variable necesaria se convierta en dependiente: depende de la
decisión, principalmente de Esquerra Unida, que el proceso de
dialogo fructifique y el gobierno en minoría se convierta en un
gobierno menos minoritario o incluso mayoritario. ¿Mayoritario por
la posible recuperación del consenso que propició la investidura?.
Sería posible, pero depende, como antes indicaba, de la recuperación
de la confianza: no de la confianza personal, sino de la politica, y
esta no tiene otra dimensión que las políticas que se pacte o
acuerden.
En mi modesta opinión,
sería interesante que se ampliase el dialogo a otras fuerzas
políticas. Evidentemente, el PP no parece estar por la labor de
cooperar con los "perdedores" pero, ¿Ciudadanos?. Sobre
éste grupo también han recaído las críticas más duras, en lo
político y en lo personal, pero igualmente y siempre contando con la
voluntad, podría revertirse el proceso,avanzando paralelamente en la
reconfiguración del escenario: los que sí están por un cambio y
los que están por seguir instalados en la inercia.
Conseguir el mayor
consenso sobre asuntos que no solo afectan a nuestro presente,
garantizaría, de alguna manera, ese necesario recorrido para las
políticas más allá de los períodos electorales.
En definitiva creo que
la esperanza en que las políticas den sentido a la política de una
forma claramente posibilista, no debemos abandonarla ( caminar hacia
la utopía, con los pies en el suelo). Todos y todas tenemos una
opinión, una ilusión o una inquietud, transformarla en políticas
de medio y largo recorrido (insisto, porque la "tentación"
del cortoplacismo es un continuo que condiciona en exceso), podría
situarnos en una posición optima para afrontar los retos que tenemos
frente a nosotros, rompiendo con esa inercia tan pegajosa y cómoda y
haciéndonos avanzar hacia un futuro incierto, si, pero igualmente
ilusionante.