Leo,
en la edición digital del periódico local La Illeta, que la
Mancomunidad de L'Alcantí ha celebrado una reunión en El Campello.
Durante un corto período de tiempo fui miembro de la Mancomunidad
designado por el Pleno del Ayuntamiento de El Campello. Pero mi
interés por éste ente local ( LBRL Art. 3.2.c) fue especial, máxime
cuestionando como cuestiono a las Diputaciones como uno de los
anacronismos que subsiste en nuestro sistema democrático (
anacrónico pues, siendo democrática la elección de representantes
municipales, siendo democrática la elección de diputados
autonómicos o estatales, la designación de los y las diputados y
diputadas provinciales es competencia de los partidos políticos,
siendo éste un elemento de "partitocracia" difícilmente
argumentable en un sistema democrático).
Me
viene al pelo una frase de Vallespín sobre la política: la gran
paradoja es que en la época de la tan cacareada innovación
-tecnológica, financiera, productiva, empresarial...- la política,
para bien o para mal, se está quedando al margen. Me he permitido la
cita, pese a que F.Vallespín se refería a otra cosa ( a la Ciencia
Política), porque es cierto: la política local parece vivir al
margen de una realidad marcada por lo interterritorial, por lo trans
local, por la globalidad. Me explico, si me lo permiten, haciendo
referencia literal ( comentada, claro) al articulado de los estatutos
de éste énte.
En
su artículo 9 se hace referencia al procedimiento de designación de
vocales, especificando en su apartado 2 que tras las elecciones, los
representantes electos ( por la ciudadanía) designarán por acuerdo
plenario a sus representantes. Aquí se encuentra la diferencia a la
que me refería anteriormente cuando hablaba del anacronismo
democrático comparándolo con la partitocracia de la Diputación
provincial. ¿No es más democratico que entre los representantes
electos por la ciudadanía se designe, en el máximo órgano
municipal, a los miembros de ésta institución?.
Pero
voy un paso más allá, en el intento de dar contenido a mi argumento
en favor de la Mancomunidad como institución supramunicipal. Las
competencias establecidas en su articulado ( 5 y sucesivos de los
Estatutos) se refiere a: asistencia técnica a los municipios,
promoción de la cultura y equipamientos, promoción del deporte y
equipamientos, urbanismo, en cuanto a la formulación de planes o
anteproyectos que sirvan de orientación, tratamiento de residuos,
transporte, información y promoción de la actividad turística,
etc. Como podrán observar, un amplio abanico de posibles actuaciones
que, con toda seguridad les sugerirán políticas compartidas en las
que, como miembro de ésta institución, nuestro municipio podría
"compartir" con otros infinidad de obras, servicios e
infraestrucutras. Pongamos un ejemplo. ¿No habría sido más
racional impulsar una piscina compartida, por ejemplo, con municipios
limitrofes, compartiendo así mismo el mantenimiento y el servicio?,
¿no se podría establecer un transporte comarcal público?, ¿no se
podrían impulsar programas culturales compartidos?, ¿no se podría
elaborar un plan mancomunado de promoción turística con una oferta
más amplia y rica?. Creo que las preguntas tienen una respuesta: si,
se podría. Pero ésta respuesta conlleva otra pregunta: ¿se quiere,
se cree en la mancomunidad como institución para una cooperación
social, económica y política más amplia?.
El
cortoplacismo en el que vive instalada la política (períodos
cuatrianuales) no debería ser impedimento para emprender el camino
de la cooperación, al igual que no fue un impedimento para que
nuestro país decidiese integrarse en el club europeo para compartir
políticas y constituir un potente ente en el entorno mundial de una
globalización donde las políticas ya no dependen totalmente de uno
sino de un conjunto de circunstancias. La cuestión en mi opinión
es, o seguir mirándose cada uno el ombligo o concretar esas ideas en
las que se dicen creer (país valenciá, comarca ) pero que decaen en
beneficio de un espíritu "pueblerino" ( en su acepción
peyorativa, pues el calificativo de pueblerino aplicado como vecino
de un pueblo lo comparto con orgullo) donde el mérito se mide por
supuestos logros personalistas, pecando de un burdo y absurdo
etnocentrismo .
La
Mancomunidad fue, es y será una oportunidad, no solo de racionalizar
obras y servicios desde un punto de vista económico, sino una
apuesta por la integración territorial donde los vecinos de
diferentes municipios, compartiendo problemas , ¿porqué no
compartir soluciones?.
Por
ésto, al leer que la Mancomunidad había celebrado su reunión
ordinaria en El Campello, me asaltó la pregunta de, ¿conocemos qué
es y qué puede ser la Mancomunidad de L'Alacantí para El Campello;
lo conocen nuestros representantes; creen en ésta institución como
algo más que ya existía y en el que, por tradición se debe seguir
estando?
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