Las
clases sociales tienen la culpa pero, ¿existen?, ¿de qué
hablamos?.
Parte
1: Una perspectiva desde la concepción marxista.
El
concepto de clase social ha servido de variable explicativa para
diferentes teoría políticas a lo largo de la historia. En la
actualidad existe un acuerdo general sobre el factor que teoricamente
influye en mayor medida en las oportunidades vitales de una persona:
el país de nacimiento. Esto nos da una dimensión internacional al
problema de la desigualdad.
Centrándonos
en los países desarrollados, las oportunidades vitales están
claramente determinadas por la situación laboral y económica. No
obstante, existe una diversidad de conceptos académicos para
referirse a conceptos que, siendo teóricamente diferentes comparte
realidades sociales.
Pero,
hagamos un rápido repaso a las diferentes teorías que han influido
en las sociedades desarrolladas para explicar el controvertido
concepto de clase social.
En
la tradición marxista, las clases son el producto de los
antagonismos entre distintas posiciones en el sistema productivo: los
capitalistas poseen los medios y los asalariados, no. Los
trabajadores tienen como objetivo mejores salarios y una mayor
autonomía, y los capitalistas más beneficios, todo ello en un juego
de suma cero: uno solo mejora cuando el otro empeora.
La
teoría ( o predicción) marxista del colapso del sistema, fruto de
la polarización social entre capitalistas y proletarios se demostró
como errónea con el desarrollo de los sistema de protección y
derechos sociales desarrollados tras la segunda guerra mundial ( la
teoría del determinismo economicísta), lo que propició una
revisión de la teoría marxista: el marxismo analítico. Un
representante de ésta corriente de pensamiento, Erik O. Wright (
sociólogo estadounidense) consideró que, además de la propiedad de
los medios, debía tenerse en cuenta lo que denomina “bienes de
cualificación, y la posición jerárquica laboral: bienes de
organización, por lo que son tres las dimensiones explicativas y no
una.
Para
el marxismo analítico, existen posiciones de clase contradictorias,
como por ejemplo la de un mando intermedio, que posee bienes de
cualificación y organización pero no de propiedad. Por ésto,
dependiendo de las coaliciones entre grupos sociales y las políticas
públicas que éstas coaliciones desarrollen, los intereses de las
clases contradictorias se aproximan a la de los capitalistas o a la
de los probletarios ( el ejemplo es el modelo de Estado de Bienestar
universalista Sueco, resultado de una coalición entre clases
agrarias y obreras que propiciaro que las posiciones contradictorias
de clase se aproximasen a la visión política de la clase obrera)
En
la propuesta teórica de la revisión marxista del concepto de clase
hay que distinguir el subconcepto de clase en si, clase para si y
formación de clase. Cuando nos referimos a la “clase en si”,
hablamos de la posición objetiva que ocupa una persona en la
estructura de relaciones de producción. La clase para si, se refiere
a, si las personas que están en la misma posición objetiva tienen
una identidad común derivada de esa posición (una forma de entender
y vivir la relación con la cultura, la política, etc). La posición
de clase objetiva no determina mecanicamente que surja la conciencia
de clase: para que esto se diese, sería necesario la coincidencia de
diferentes circunstancias históricas. Por ejemplo: sería necesario
que personas que comparte posición en la estructura de clases,
compartan aspectos de su vida cotidiana, formando comunidades (
grupos que se relacionan de forma afectiva y no solo por el interés,
que comparten rasgos de identidad colectiva). La formación de clase
es la agrupación es la agrupación de participación sociopolítica:
sindicatos y partidos que permiten la acción de clase a través de
acciones políticas cuyo objetivo es la defensa de los intereses de
clase.
Como
se puede observar, que exista la clase en si, no garantiza i la toma
de conciencia ni la formación de clase: para que haya acción de
clase es necesario que haya formación de clase, y ésta se produce
si existe “para si”, para lo cual es necesario que exista “en
si”.
Todo
ello nos lleva a una conclusión: la teoría marxista sobre las
clases se basa en las reglas del juego ( las relaciones de
producción) con las que una sociedad se organiza, y el objetivo no
es otro que cambiar éstas reglas, pero los desastrosos
“experimentos” realizados a lo largo de la historia nos llevan a
coincidir con lo que señala Zizek: parece más fácil concebir el
fin del mundo debido a una catastrofe natural que el fin del
capitalismo
Parte 2: Teoría Neoweberiana.
Esta teoría parte de los planteamientos de Max Weber, para el que las clases sociales se definían, no por el antagonismo en la estructura productiva, sino por las oportunidades vitales a las que se accedía mediante los recursos conseguidos en el mercado.
Los ejes en torno a los que se estructuran las clases sociales están relacionados con dos dimensiones relacionadas con la naturaleza del propio proceso de trabajo frente a los antagonismos del proceso de producción. El elemento de la dificultad intrínseca del trabajo desempeñado, permite diferenciar entre empleo cualificado y no cualificado. Al diferenciar entre ambos, cuando se refiere al factor de cualificación, un destacado autor neoweberiano como John H. Goldthope, habla de "clase de servicio", generando una cierta confusión, pues no se refiere a ocupaciones en el sector servicio sino a la clase que presta servicios a los capitalistas de forma directiva.
Podemos encontrar dos elementos en ésta propuesta de estructuración de clase: la dificultad en la realización del trabajo ( la cualificación) y la dificultad para controlar el trabajo. A diferencia de la teoría marxista, o se debe la división en clases a las reglas del juego de la producción, sino a la naturaleza del trabajo.
Los seguidores de la teoría weberiana, para referirse al concepto de conciencia, hablan de grupos de estatus. Estos serían aquellos formados por personas que comparten un cierto prestigio social manifestado en su estilo de vida y consumo
Parte 2: Teoría Neoweberiana.
Esta teoría parte de los planteamientos de Max Weber, para el que las clases sociales se definían, no por el antagonismo en la estructura productiva, sino por las oportunidades vitales a las que se accedía mediante los recursos conseguidos en el mercado.
Los ejes en torno a los que se estructuran las clases sociales están relacionados con dos dimensiones relacionadas con la naturaleza del propio proceso de trabajo frente a los antagonismos del proceso de producción. El elemento de la dificultad intrínseca del trabajo desempeñado, permite diferenciar entre empleo cualificado y no cualificado. Al diferenciar entre ambos, cuando se refiere al factor de cualificación, un destacado autor neoweberiano como John H. Goldthope, habla de "clase de servicio", generando una cierta confusión, pues no se refiere a ocupaciones en el sector servicio sino a la clase que presta servicios a los capitalistas de forma directiva.
Podemos encontrar dos elementos en ésta propuesta de estructuración de clase: la dificultad en la realización del trabajo ( la cualificación) y la dificultad para controlar el trabajo. A diferencia de la teoría marxista, o se debe la división en clases a las reglas del juego de la producción, sino a la naturaleza del trabajo.
Los seguidores de la teoría weberiana, para referirse al concepto de conciencia, hablan de grupos de estatus. Estos serían aquellos formados por personas que comparten un cierto prestigio social manifestado en su estilo de vida y consumo
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