sábado, 29 de julio de 2017

HAY QUE MORJARSE...


El Pleno municipal es el foro donde se debaten, con luz y taquigrafos ( con su acta correspondiente y, afortunadamente, en directo a través de internet) los asuntos de interés general. Es, el poder"legislativo" ( el Pleno municipal tiene potestades reglamentarias, por lo que de forma simple podría servirnos la figura para plantear el escenario de división de poderes) o con mayor ajuste a la realidad, el poder representativo de la totalidad de la ciudadanía. Aquí, el ejecutivo municipal tiene que jugar con su principal debilidad: la minoría. Por ejemplo, en la anterior sesión plenaria, el gobierno municipal retiró el Proyecto de explotación del complejo deportivo y piscina porque para su aprobación precisaba de mayoría absoluta. En la sesión ordinaria del 27 de julio, el punto se aprobó tirando de lo que podríamos llamar "ingeniería institucional". Para que todos lo podamos entender: el gobierno municipal en minoría llevó nuevamente el punto a la sesión plenaria y aprobó el proyecto con los votos del gobierno municipal ( 9) y dos votos "prestados" por el PP. Total, mayoría.
Por lo que se expuso en la sesión plenaria, el informe elaborado por una empresa externa ( 18.000 euros) plantea las condiciones mínimas, así como organizativas ( personal y sus remuneraciones) para iniciar la elaboración del pliego de condiciones para la explotación del complejo deportivo: un mínimo de 12 años ( según el pp la empresa precisaría de un período más largo para amortizar la inversión), 1.600 socios y una cuota media de 45 euros para unos gastos de aproximadamente 800.000. En el pleno se pudieron comprobar, no solo las dudas sobre el número de socios, o sobre la no inclusión de bonificaciones en el proyecto de explotación ( algo que, si se incluyen definitivamente en el pliego, incidirá en la cantidad total de ingresos sin lugar a dudas, por lo que se crea una nueva duda sobre su viabilidad), sino sobre el modo de gestión que ha sido el elegido por el gobierno municipal y, de forma explícita, por la gran mayoría del pleno excepto Esquerra Unida.
Sobre la forma de gestionar este o cualquier servicio público, existe el debate sobre lo público y lo privado. En éste debate existen experiencias municipales de gestión indirecta a través de empresas, consorcios, patronatos o empresas municipales, extremo que no ha sido valorado por los gestores públicos en éste caso. Igualmente, la gestión a través de la concesión administrativa tiene diversas formas: gestión por empresa privada, gestión privada condicionada a su carácter social ( cooperativas), etc. Como se puede ver existen diferentes concepciones para la gestión de lo público, aunque es necesario decir que, en éstos momentos, con las limitaciones legales impuestas por el estado (control presupuestario, limites en la tasa de reposición de jubilaciones y práctica imposibilidad de crear plazas parece ser que la única vía posible para la apertura de la instalación y así dejar de pagar el mantenimiento de una instalación cerrada es el concurso público.
Creo que la administración local ha pecado, una vez más, de falta de previsión al dejar la cuestión de la gestión para el último momento. Esto, aunque no lo parezca en principio, es un nuevo "legado" del PP, que se embarcó en una obra a todas luces desproporcionada para las posibilidades reales de nuestro Ayuntamiento, aunque hay que decir, que con la beneplácito de todos los representantes políticos que no plantearon, más que de forma teórica ( por parte de Esquerra Unida) la gestión pública sin concretar el cómo. Era necesario que al tiempo que se desarrollaba el proyecto, se hubiese acometido un estudio sobre la forma de gestionar la nueva instalación; sobre las necesidades de personal; los programas que se pondrían en marcha; la política de bonificaciones y sectores prioritarios. Y era necesario para así poder barajar diferentes alternativas a la gestión privada, que como todos sabemos, y es la lógica empresarial, busca beneficios económicos más allá de prestar un servicio.
Esperemos que la piscina e instalaciones anexas no supongan un nuevo agravio a las arcas municipales una vez abierta, al igual que otras instalaciones que solo funcionaron en la mente de algún político avalado por no se sabe que criterio técnico.
Existían alternativas, pero parece ser que la corporación no cree que más allá de la concesión administrativa hayan otras vías de gestión que garanticen, tanto cubrir mínimamente costos, como asegurar la prestación de un servicio de calidad, que en definitiva creo que es el objetivo.

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