Las manifestaciones
realizadas por el Sr. Alcalde de El Campello sobre el alto nivel de
acuerdo en el gobierno plural es una buena noticia. La cuestión es,
no ya el nivel de acuerdo, sino en qué se está de acuerdo, algo
que, al menos la ciudadanía no tiene del todo claro. Pero la
cuestión que me gustaría abordar no es el contenido, sino el
continente.
El marco conceptual, en
nuestra democracia, lo establece la Constitución del 78, que en su
artículo 6 expresa que "los partidos políticos expresan el
pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de
la voluntad popular, y son instrumento fundamental para la
participación política".Puede parecer una obviedad, pero no lo
es tanto: en una comunidad organizada, se dan diversidades
ideológicas, de intereses y valores, diversidad que, en nuestro
marco institucional basado en la soberanía popular y la libre
competencia electoral se expresa y refleja en las personas que
representan a la sociedad. De nuevo, parece obvio que son los
partidos políticos los que transforman el pluralismo social en
pluralismo político, y los que, en su condición de mediadores entre
la sociedad civil y el Estado, tienen la obligación de expresar el
pluralismo político en las instituciones. De ahí que,
congratulándome del nivel de acuerdo, me preocupa ese relato sobre
una "superación" de la acción de los partidos como hecho
relevante que da, respecto a otros gobiernos plurales, un carácter
diferenciador.
No se puede practicar la
comparación con otros gobierno de coalición o plurales ya que en
éstos gobiernos, la lógica electoral primó sobre el interés
partidario, algo que no ocurrió en el caso de El Campello dada la
unidad de acción anti PSOE que privó a la segunda opción electoral
del protagonismo que la ciudadanía expresó en las urnas ( escaso el
margen, pero existente).
El intento , a través
de poner en valor el nivel de consenso, de "anular" a los
partidos participantes tiene, en mi opinión, su origen en un claro
intento de hegemonizar la imagen del actual gobierno por parte de la
cuarta fuerza política en las elecciones de mayo de 2015.
Dentro de
aproximadamente dos años, los diferentes partidos tendrán que
presentarse ante la ciudadanía para ser evaluados en el cumplimiento
de sus compromisos. Evidentemente, la estabilidad es un elemento a
poner de relieve pero, ¿ y los compromisos que los partidos
plantearon en la campaña electoral?.
El actual escenario
municipal, en cuanto al gobierno se refiere presenta unos rasgos que
deben ser analizados en el contexto de un gobierno en minoría donde
dos partidos presentan una confluencia expresa: Compromís y Podemos
( en el caso del El Campello PDC). Demócrates ha quedado invalidado
como opción política jugando, en todo caso, un mero papel
individual de sustento del actual gobierno. Por otro lado está la
formación que fue soporte de la investidura y que fue excluida del
gobierno municipal ( EUPV) la cual, pese a que en el ámbito
autonómico y estatal, forma parte de una confluencia de partidos, en
el local no parece que vaya a ser así. Por último, el caso del
PSPV-PSOE, que pese a quedar excluido, siendo la segunda fuerza
electoral, del protagonismo que la ciudadanía expresó en las urnas,
apoyó durante más de un año al gobierno en minoría, demostrando
un claro compromiso, más allá de intereses partidistas, con el
proceso de cambio. Su decisión de participar activamente en el
gobierno demuestra, no solo ese compromiso, sino un paso más allá
para con la estabilidad del gobierno. No obstante, este hecho
incuestionable que pone de relieve, como decía, el compromiso con el
cambio, no fue suficientemente explicado, máxime si consideramos que
no se produjo un retorno al acuerdo original de Esquerra Unida, lo
que habría tenido sentido al recuperar la mayoría institucional.
La dificultad en la que
se encuentra el PSPV-PSOE es dilucidar si, además de la estabilidad,
tiene algo más que decir como organización política que ha
gobernado éste municipio con mayoría absoluta y que sigue siendo
una opción relevante para una parte de la ciudadanía. La pregunta
sería, ¿quiere seguir siéndolo?. Si la "institucionalización"
(nueva institucionalización con repetición de tics y actitudes) no
se ve compensada con una clara apuesta por sacar adelante el programa
electoral, con lealtad al consenso pero sin renuncia a las propuestas
propias, y un esfuerzo porque su aportación se visualice, el
PSPV-PSOE tendrá un complicado futuro: o ser muleta o ser
protagonista activo.
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