martes, 18 de marzo de 2014

LA PLURALIDAD COMO PROBLEMA.

He leído en más de un medio de comunicación algunas sugerentes declaraciones de algunos no menos sugerentes “líderes” partidarios. En el caso que quiero tratar, se concretan en una propuesta ( o insinuación más o menos seria) proveniente del ex Presidente Zapatero, que, parece que ha tenido “oídos” en el partido de la derecha que nos gobierna: un pacto a la alemana. ¿Un pacto a la alemana?. Vamos, que derecha e izquierda ( al menos nominalmente) se unan contra el “desastre” que supondría una excesiva “atomización” (¿porqué le llaman atomización si podrían llamarle pluralidad?) del parlamento en una hipotética próxima legislatura con una representación parlamentaria más amplia que en la actual, y en donde ninguno de los dos partidos alternantes hubiera podido obtener la mayoría absoluta.

Está claro que la deriva de la dirección del PSOE no está demasiado acorde con su militancia, ¿o sí?. Es algo que, evidentemente tendría que decir su militancia, pero por lo que se manifiesta en esos perversos mentideros de las redes sociales, muy contentos no están.

La ocurrencia de un “pacto a la alemana” se fundamenta en una supuesta inestabilidad parlamentaria similar a la que tuvo que “soportar” el ahora proponente, o ideólogo, u ocurrente ZP. El “líder” de los derechos cívicos ( nadie puede discutirle los avances, tímidos, pero avances), asumiendo su papel como “estadista” (papel que parece que posee a todos los ex presidentes), y velando por los “intereses” de España, sugiere la posibilidad. ¿Posible?.

A la pregunta, tendría que responder la dirección del partido, aunque dada la escasa personalidad que ha demostrado en las últimas semanas y a la vista del carácter “Bulgaro” de sus deliberaciones, poco dirían, a menos que lo diga primero alguien que pueda, o mandar ahora, o mandar en el futuro.

Personalmente, y analizando la trayectoria institucional del PSOE (pacto con la derecha, española, vasca, catalana…) no parece una especulación sin sentido. No obstante, y visto desde un punto de vista ideológico ( para Bono sería únicamente romántico, pues eso de las ideologías es algo del pasado; ahora lo que prima es defender el “orden establecido”, como buen ex ministro de defensa…) me parecería el entierro definitivo de la socialdemocracia. Si ahora está con medio cuerpo fuera de la sepultura, solo faltaría esa “palada” para sepultarlo definitivamente, lo que, operativamente no supondría nada para la dirección, pues creo que incluso están barajando cambiar de nombre al partido ( eso lo digo yo).

La militancia ( y no me refiero a los miles de pagacuotas que figuran en los listados) tiene mucha responsabilidad en la deriva de su partido, pues tiene mecanismos para obligar a sus dirigentes a rectificar e incluso sustituirles. Quizá ese sentimiento al que recurren tanto los dirigentes ( sean de la organización que sean, parece un discurso aprendido en la escuela del institucionalismo político), como es la lealtad, sea uno de los reparos para esa militancia socialista que todavía mantiene el carnet, aunque sea solo por romanticismo.

En fin, que la solución a los males futuros de un parlamento “atomizado” (¿plural?) pasan por una gran “coalición por España”, como si los miembros de los “átomos” no fueran españoles.


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